Al igual que en otros tipos de modelismo, las maquetas de trenes puede ser:
Estáticas, si carecen de capacidad y autonomía para desplazarse por un circuito.
Dinámicas, si se construyen para que recorran un circuito más o menos enrevesado.
En la construcción de maquetas de trenes para modelismo ferroviario dinámico también resulta importantísima la creatividad a la hora de idear el circuito, el paisaje y en definitiva, el entorno que las rodea, el cual recibe el nombre de “trazado”.
Antes de comenzar las compras de material e iniciar la construcción, es fundamental la planificación a conciencia de este trazado. Esto se debe a que los que son demasiado simples, sin opciones de explotar a fondo la maqueta, suelen acabar con exhibiciones aburridas o trenes de vuelta a sus cajas demasiado pronto.
Para dotar de realismo al trazado no se escatima en detalles: Vías, vegetación, edificios, animales, túneles, señalización, tierra, jardines, ríos… Los diseños varían desde una simple vía circular u ovalada (aunque estas suelen denominarse “juguetes”) hasta reproducciones fidedignas de lugares reales modelados a la misma escala que el tren.
Esto conlleva que el modelismo ferroviario sea inclusivo con el resto de modelismos. Porque si el futuro trazado se ha planificado con coches en una carretera, será necesario adentrarse en el automodelismo. Si se piensa colocar un río con un velero, habrá que practicar el modelismo naval. Y, si junto a la estación de tren, se instala una pista de aterrizaje con una avioneta, para ejecutarla se necesitarán técnicas de aeromodelismo.
La corriente alterna se suministra a través de un carril colocado en el eje de la vía. Dicha corriente es captada por una zapata metálica ubicada debajo de la locomotora, a lo largo de su eje longitudinal; el retorno de la corriente está asegurado por las ruedas y dos raíles «portadores». El carril central ha ido atenuándose cada vez más en aras del realismo.
Para invertir el sentido de la marcha se manda a la locomotora una sobretensión de entre 20 y 24 voltios. Está activa un mecanismo electrónico o mecánico de inversión.
La mayoría de fabricantes han adoptado este sistema
Los dos raíles, uno positivo y otro negativo, suministran la potencia que se genera a partir de una fuente de alimentación de corriente continua de 0-12 voltios, es decir, un raíl alimenta y el otro raíl retorna. Por lo tanto es necesario tener los ejes aislados y la presencia de ciertas configuraciones de pistas como el triángulo, la raqueta y la diagonal que requieren ciertas precauciones (fundamentalmente interruptores y raíles de corte) para evitar cortocircuitos.
La potencia de la máquina puede proporcionarse mediante una reproducción de su modo de funcionamiento. Por lo tanto, existen verdaderas locomotoras de vapor en miniatura, en las que el suministro de energía eléctrica, si lo hay, solo se utiliza para controlar a distancia los componentes de la máquina de vapor.
«A menudo se utilizan a grandes escalas»
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