Hay millones de apasionados a las maquetas de coches por todo el mundo. La construcción y el coleccionismo de estas maquetas de coches también recibe el nombre de “automodelismo”. A priori, hay quien considera estos vehículos en miniatura simples juguetes para niños, pero lo cierto es que podría decirse que, entre sus fanáticos, hay muchos más adultos.
Como en otros tipos de maquetas, las de coches pueden ser estáticas, si simplemente van a exponerse, o dinámicas, si se pretende verlas circular por el suelo o por algún tipo de circuito.
Estas miniaturas pretenden alcanzar el máximo grado de realismo, incorporando incluso partes móviles o articuladas, como las puertas, el capó y el maletero.
Resulta sorprendente ver en algunos modelos los controles del tablero, la palanca de cambios, el freno de mano y un volante que, al tocarlo, gira las ruedas. Dicho grado de detalle influye sobremanera en el precio final de estas miniaturas.
Es un hecho que observar la maqueta de un coche desplazándose por el terreno sobre sus cuatro ruedas, incita a ponerlo a competir con otros coches en miniatura de similares características. Entonces ¿Es una afición, o una competición? En realidad se trata de ambas a la vez.
¿Quién no ha tenido de pequeño un coche de este tipo, o no conoce a algún aficionado a coleccionarlos?
Las maquetas de coches controladas por radio van equipadas con un receptor al que llegan las señales emitidas por un mando manejado por el conductor desde el que se puede controlar la dirección y la velocidad.
La primera forma de clasificar las maquetas de coches teledirigidas atiende al tipo de motores que incorporen, que pueden ser de combustión o eléctricos, ¿A qué te suena esto? Efectivamente, son los mismos motores que actualmente propulsan a los coches que se ven por nuestras carreteras.
Van propulsadas por un motor de combustión interna. Por ello, además del motor, necesitan el combustible, una bujía y un sistema de arranque.
Respecto al combustible, es destacable que incluso se comercializan pequeños botes de carburante especializado para este tipo de obras de arte.
Los coches eléctricos necesitan además del motor, un regulador de velocidad, unas baterías y un cargador para dichas baterías. Éstas pueden ser de litio polímero (Li-Po) o de níquel-metal hidruro (Ni-Mh).
Los coches eléctricos necesitan además del motor, un regulador de velocidad, unas baterías y un cargador para dichas baterías. Éstas pueden ser de litio polímero (Li-Po) o de níquel-metal hidruro (Ni-Mh).
Dentro de los pasatiempos competitivos de coches eléctricos, una de las más mundialmente conocidas es la modalidad de Slot. Los coches de dicha modalidad son maquetas de coches que mantienen su rumbo por la pista a través de una ranura uniforme que también les suministra energía eléctrica.
Son réplicas a escala de modelos reales. Durante la carrera, el conductor no controla la dirección, sino simplemente la velocidad a través de un mando con un gatillo. La destreza consiste en que el coche no salga de su ranura en el circuito debido a un exceso de velocidad.
“Hay que tener auténtica pericia para no descarrilar”
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